martes, 6 de mayo de 2008

Todos somos Jazmín : La propiedad intelectual en internet

Jazmín escribe sin pausa. Un día como este en lo único que piensa es en la pileta del club. Promediando noviembre, su interés en el informe sobre la guerra de Malvinas que le pidieron en el colegio roza el suelo y su cabeza, obviamente esta en una nube.

Hace poco descubrió Internet y no podría estar mas fascinada, hacer la tarea nunca fue tan fácil. Copia, copia , copia y ni siquiera detiene la vista que recorre zigzagueante la pantalla para ponerse a analizar que es lo que esta reescribiendo. ¿A quien no le paso?.

Llegan las ultimas líneas del texto, y la emoción de la niña por correr a ponerse el traje de baño va en aumento.

Yo opino que nosotros, veteranos de esta guerra injusta y desalmada, imploramos memoria por la sangre del los caídos. Concluye, sin comillas, sin aunque sea tomarse el trabajo de pasar el discurso a tercera persona. Acto seguido, sube el escrito al portal de la escuela y se olvida del asunto.

Jazmín no lo sabe, pero a los diez años acaba de cometer un plagio.

 Un plagio es definido como una infracción del derecho de autor sobre una obra artística o literaria, que se produce mediante la copia de la misma, sin autorización del dueño o de quién posee los derechos sobre eso, y la presentación de la copia como una obra propia En el mundo real, el mismo esta penado por la ley, pero en la red de redes,Internet, controlar los derechos de la propiedad intelectual es muy difícil, ya que no hay un sistema legal universal que rija sobre la web y además, según los defensores de la libre difusión de información gratuita, limitar la transmisión de la misma bloquearía la innovación y la creatividad.

El caso de jazmín es uno en millones, mas allá de que halla muchísimas paginas dedicadas a compilar trabajos estudiantiles, muchos usuarios buscan tener a su alcance música, libros o videos , gratis. Esto genera perdidas millonarias en la industria del entretenimiento y una batalla feroz entre los monopolios de los productos culturales y los servidores de distribución de archivos.

Todos recordamos el juicio que varias discográficas le iniciaron a napster, un servicio donde se compartían archivos de todo tipo, en 1999. En 2002 el mismo concluyo y un juez ordeno el cierre del servidor para evitar que se sigan violando los derechos de autor y determino que para reabrirlo debían cobrar suscripciones a los usuarios, que hasta el momento utilizaban el servicio gratuitamente. Una decisión mas que cuestionada y ridiculizada.

 La cuestión es, la habilidad de compartir archivos es propia de internet, y el cierre de esa empresa no hizo mas que conseguir que sus usuarios utilicen otros servidores de intercambio.

No se puede luchar contra internet, y tecnológicamente su estructura hace que sea muy difícil controlarla. Teóricamente elaborar un sistema de leyes para el mundo virtual seria muy difícil, y mas todavía controlar que se respete. Millones de mentes pueblan la red en un sistema de inteligencia distribuida e interactiva, esta en cada uno de nosotros aprovechar los beneficios que tiene para darnos y interpretar lo que leemos y encontramos en ella por nosotros mismos o atontarnos cada vez mas y acumular como si nuestra cabeza fuera un disco rígido sin capacidad de análisis todos los conocimientos en circulación, que al tratarse de tanta información junta, no pueden hacer mas que desinformar.

No hay comentarios: